Se sienta y comienza a escribir. Duda de las palabras escogidas. Luego, del orden que les otorgó. Se queja de su idioma y, con determinación, se levanta, camina hacia la biblioteca y toma el diccionario. Indaga el libro con sus dedos y, en cierto punto, lo abre. Busca una palabra, pero se detiene en una página cualquiera como si fuera un cuadro. Las imágenes, las letras, las manchas del tiempo y un leve aroma a oxidación, a descomposición, lo conducen a tiempos en los que allà residÃa la seguridad, el orden, la verdad.
Ligado siempre a la lectura, el proceso de escritura tiene muchas etapas y en todas ellas quien lo realiza manifiesta su particular relación con el lenguaje. «Me cuesta concebir a un escritor que no tenga ni haya tenido un vÃnculo especial con los diccionarios lexicográficos», dice Berti. No se refiere a una peculiar limitación para engendrar cierto tipo de escritores, sino a una dificultad para imaginarlos como seres que no indagan su idioma, que no juegan con él.
VehÃculo y soporte de nuestro pensamiento individual, el lenguaje es también un instrumento de comunicación. La literatura, nos recuerda Berti, emplea las mismas palabras que traen los diccionarios, pero se propone transformar el lenguaje y sus leyes con una finalidad estética que va más allá de la pura y simple comunicación. En ese juego, el escritor, sujeto de la lengua, tiene en el idioma su primera restricción, es decir, su punto de partida.
En Otras palabras. Jugar y crear con diccionarios, Eduardo Berti presenta modos literarios de hacer y utilizar los diccionarios. El tÃtulo parece anunciar un libro con actividades, a la manera de su Método fácil y rápido para ser lector, pero se trata más bien de un ensayo que, en general, presenta la práctica autoral de inventar "antidiccionarios" o diccionarios personales, alternativos, en los que prima la subjetividad. El texto también recoge ciertas experiencias lúdicas con el uso de los diccionarios que invitan a la reflexión creativa sobre el lenguaje. Veamos un ejemplo:
«[...] Michel Tournier tropieza en un diccionario francés con la definición de la palabra "matriz" o "útero" ("vÃscera donde tiene lugar la concepción") y apunta que la misma definición podrÃa emplearse para la palabra "cerebro".
La lectura de este pasaje me condujo a intentar lo mismo con las páginas de un Espasa de bolsillo: [...] alguien podrÃa definir a un "hijo" como "fruto de la pasión" (que mi diccionario propone para la palabra "maracuyá"». (Berti, 2024: 36)
Solo por mencionar algunas, en sus nueve apartados y 448 páginas, Otras palabras da cuenta de distintas experiencias relacionadas a la confección de diccionarios alternativos, como el Diccionario del Diablo de Ambrose Bierce o el Diccionario del argentino exquisito, de Adolfo Bioy Casares; a la creación estética de definiciones, tales como las greguerÃas de Gómez de la Serna; o a ejercicios formales tales como el método S+7 de Jean Lescure:
«El método s+7 de Lescure consiste en reescribir textos (ajenos o propios) con la complicidad de un diccionario. El principio es sencillo: se escoge, por ejemplo, un poema; se subrayan en él los sustantivos y se los reemplaza, uno tras otro, por el séptimo sustantivo siguiente que aparece en determinado diccionario.
[...]Desde luego, el S+7 muy pronto permitió otras exploraciones: reemplazar no solo los sustantivos, sino también los adjetivos y/o los verbos [...]. Propongo aquÃ, como ejemplo, un breve texto en castellano: un SVA+7 del inicio del MartÃn Fierro, de José Hernández (no solamente S, sino también reemplazando V y A: verbos y adjetivos) que arroja:
Aquà me poseo a capitular
al compinche del villano
que al homicida que lo desvive
una penca extrema
como la avenida sombrÃa
con el capitular se construye». (Berti, 2024: 250-251)
El libro presenta muchos ejemplos textuales tanto en nuestro idioma como en otros. En ocasiones, sin embargo, uno piensa que podrÃa haberse tratado de un libro dedicado por entero a la exploración de estas experiencias solo en lengua francesa, particularmente cuando aparecen pasajes que no son traducidos porque el interés se centra en evidenciar procedimientos formales:
«El Desdichado
Je suis le ténébreux, le veuf, l'inconsolé,
Le prince d'Aquitaine à la tour abolie:
Ma seule étoile est morte, et mon luth constellé
Porte le soleil noir de la Mélancolie.
El Desecativo (P+7)
Je suis le tenu, le vibrant, l'incontrôlable
Le priodonte d'Aramis à la tourmaline abonnée,
Ma sextile étrangeté est moulue et mon lycanthrope constricteur
Poste le solin nominal de la mélique.(Berti, 2024: 252-253)
A partir del apartado sobre Oulipo, el libro se siente repetitivo, probablemente por la exhaustiva muestra de ejemplos. Aun asÃ, es uno de los más interesantes que leà este año y de los que más revisitaré.
Apartado sobre el diseño
La imagen de la tapa, trabajo de Paula Castro, es hermosa. El retrato del autor realizado por Gabriel Altamirano está muy bien logrado. El interior del libro, en cambio, es bastante pobre. Salvo por el dibujo de Jastrow, las imágenes que acompañan al texto parecen estar allà solo para ocupar lugar. No obstante, el espacio que dejan las imágenes alineadas a la izquierda y separadas del texto favorece la anotación marginal.
Eduardo Berti: Otras palabras. Jugar y crear con diccionarios. Adriana Hidalgo Editora, 2024. 448 páginas, 22 x 14 cm. Diseño e identidad de colecciones: Vanina Scolavino. Imagen de tapa: Paula Castro (@pawlacastro). Retrato de autor: Gabriel Altamirano (@gabaltam). Precio: 27900.
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